Después de tantas tormentas,
agua, lluvia, viento, niebla,
aparecen los “regatos”
olvidados de Eiradela.
*
Lo verde, el barro, los charcos
otra vez están presentes,
sólo el sol falta a la cita…
Lo echa de menos la gente.
*
El cuco se escucha otra vez,
árboles y plantas florecen,
la primavera se asoma,
la hierva y las ansias crecen.
*
El pueblo, para ser feliz
necesita nueva gente
y para eso el primer paso
ha de darlo algún valiente.
ROBERTO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ